El cerramiento de una chimenea es una manera de reducir los riesgos y eliminar la suciedad que acompaña a menudo a estas. La mejor forma de hacerlo es instalando una puerta, mucho más práctica que los clásicos insertables sin hacer obras o modificaciones en la chimenea.

Una puerta para chimenea es muy fácil de colocar, no necesita ningún tipo de obra y se puede encontrar tanto en las medidas más habituales como con tamaños especiales.

Las puertas permiten controlar mejor la temperatura y optimiza el consumo de combustible, ya que la eficiencia energética de una chimenea cerrada puede llegar a ser más del doble que la de una abierta.

Como fabricantes de puertas para chimeneas, te ofrecemos la oportunidad de convertir cualquier espacio en un sitio agradable y cálido. Gracias al cristal vitrocerámico, no solo podrás sentir el calor, sino también disfrutar de la imagen del fuego encendido, una sensación aún más agradable cuando llega el frío.

Una de las cosas más atractivas que hay en invierno es la estampa de las llamas consumiendo la leña.